En el mundo efervescente de la música latina, pocos nombres resuenan con tanta fuerza y relevancia como el de Marlene Maseda. Con una carrera que se ha extendido por más de dos décadas, Maseda ha establecido su agencia de relaciones públicas, Fusion 4 Media, como una verdadera potencia en Miami, ofreciendo representación y marketing a una variedad de artistas que incluyen desde pioneros del reggaetón hasta íconos de la música cubana. Este enero, celebramos una década de logros con esta talentosa publicista, quien ha hecho contribuciones significativas no solo a la música en español en general, sino específicamente a la escena cubana.
Si retrocedemos a los inicios de su carrera, nos encontramos en la década de 2000, cuando el reggaetón comenzaba a emerger como un fenómeno musical mundial. Maseda fue una de las primeras en reconocer el enorme potencial de este género, trabajando con artistas de renombre bajo el sello Machete Music. “Fui prácticamente la primera publicista que trabajó en el mercado urbano”, señala orgullosamente. A pesar de enfrentarse a un panorama mediático que no entendía ni respaldaba a la música urbana, se mantuvo firme y logró llevar a estos artistas a escenarios clave, como “Sábado Gigante” y “Despierta América”.
La fundación de Fusion 4 Media fue el paso natural para esta visionaria. A lo largo de los años, Maseda ha trabajado incansablemente para llevar el talento de la música cubana a un público más amplio. Artistas como Osmani García, quien logró un impacto internacional con su colaboración en “El Taxi” de Pitbull, tienen mucho que agradecerle. “Llevar a estos artistas a redes de televisión como Telemundo y Univisión por primera vez ha sido uno de mis momentos más orgullosos”, confiesa. “Verlos cumplir sus sueños en escenarios internacionales es simplemente increíble”.
Con una herencia que combina cubanía y libanés y con un liderazgo que ha roto molde en la industria, Maseda ha enfrentado desafíos únicos en su camino. Los artistas cubanos, a menudo malinterpretados debido a su contexto cultural y social, encuentran en ella a una aliada que aboga por su reconocimiento y éxito. “Es un choque cultural cuando llegan. En Cuba, pueden ser los número uno, pero al llegar a Miami, se encuentran formados en la fila”, explica.
A medida que la música cubana sigue evolucionando y ganando protagonismo, Maseda se siente optimista sobre el futuro. “Hay un público ansioso por esta música, y estoy trabajando con algunos de los actos más prometedores como Bebeshito, que está haciendo cosas increíbles”, dice con entusiasmo. Ella cree firmemente en el poder de los medios de comunicación para abrir puertas y cambiar percepciones, y está dispuesta a luchar por la visibilidad y respeto que estos artistas merecen.
Al mirar hacia adelante, Maseda deja claro que su misión no termina aquí. “No ha sido fácil, no ha sido un paseo en el parque, pero vale la pena. Quiero seguir abriendo caminos y ayudando a los artistas a alcanzar las estrellas”, concluye. En un campo donde a menudo son los artistas quienes se llevan los elogios, es crucial recordar a figuras como Marlene Maseda, las verdaderas arquitectas del éxito que operan tras bambalinas y que son esenciales para la construcción de una industria musical vibrante y diversa.